viernes, 12 de septiembre de 2008

Simplemente...Irresistibles!

Existen personas irresistibles! Por algún motivo no siempre muy claro, el mundo –o por lo menos su mundo- parece girar a su alrededor...
Escuchamos sus palabras, observamos sus actos. Tal vez hasta estemos pendientes de sus movimientos.
¿Quiénes son? Hombres o mujeres, jóvenes o grandes, son seres que irradian. Atracción, autoridad, influencia simpática emanan de ellos sin ningún esfuerzo.
A veces los definimos como magnéticos. Hasta el origen de la palabra que los describe es interesante. Proviene de Magnesia, un lugar del Asia Menor donde los griegos –siglos después que en el Oriente- redescubrieron la virtud atractiva de la piedra imán. Imanes vivientes, obtienen fácilmente asentimiento, colaboración, complacencia.
¿Qué hace que lo sean? Ni altura, ni estilo. Ni belleza, ni porte. Tampoco tiene que ver con la riqueza o pobreza externa.
Nuestros imanes vivientes tienen algo en común: su magnetismo procede de la vida interior, de su naturaleza psíquica.
Aunque evidentemente en muchos casos su apariencia física, su sociabilidad o su finura psicológica nos tientan de por sí.
La capacidad de concentración y contención parece ser su invisible columna vertebral. En la primera lo concentrado es el pensamiento. Resuelto. Hirviente. Intensamente decidido.
La contención es una actitud tanto de autocontenerse –lo opuesto a esa molesta sensación de dependencia y desparramo que tantos de nosotros conocemos bien- como de contener a los demás...
Comprendiendo sus motivos. Atendiendo a sus necesidades. Hablando el mismo idioma cada uno de nosotros influye consciente o inconscientemente, de manera débil o fuerte, con armonía o desastrosamente a nuestro alrededor.
Pero no es un designio la forma que esto haya tomado en nuestra vida hasta el día de hoy. Todos podemos ser positivos imanes. Gente magnética. Títeres del juego infantil. Alfileres en vuelo. Carrusel centrífugo. Así podemos sentirnos si estamos en su órbita. Faros. Núcleos celulares. Canto de sirenas. Raíces de manantial. Así podemos sentirnos si lo somos...
Pero...¿y si estámos bajo el influjo o atracción de uno de estos irresistibles seres?
Y...¿si acaso es uno de nuestros hijos? Si es el caso,¡ piénsenlo un poco! Cuando nos toca en gracia dar vida a uno de ellos, cambia vertiginosamente nuestro plan de vida rutinario! Yo siempre he creído que ellos tienen una misión especial, tal vez de allí esas teorías de los niños índigo, y que a su vez serán procreadores de niños cristal, tal como han sido catalogados los grandes pensadores que ha tenido el mundo, es para meditarlo detenidamente...
¡Hacen de nosotros sus más fervientes seguidores ! Siempre uno de esta especie va a acarrearnos el dejarnos llevar cual los mares ceden a la influencia Lunar, ¿no creen? ¡Seamos sinceras y reconozcamos que al menos en alguna ocasión nos hemos dejado magnetizar por su encanto a toda prueba!
Esos, son también...¡ Hechizos! ¡El asunto es saber distinguir la polaridad a la cual nos atraen! ¡Recordemos que tan puede ser positiva como negativa! ¡Creo que debemos confiar más en nuestro sexto sentido, bastante descuidado por tanta esclavitud de la vida moderna! ¡Usémoslo más a nuestro favor, y dejémos que hable entre el corazón y la razón!

Samantha

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