domingo, 2 de noviembre de 2008

Poderoso Caballero es "Don Alcohol"!

Desde siempre, durante mi niñez, podrìa haber habido de todo: carencias econòmicas y afectivas; caras largas que de alguna manera yo atribuìa a mi poca agraciada figura; hostilidades entre familiares; incluso las festividades eran cosa de sufrir, siempre por la falta de dinero, pero, por increìble que parezca, nunca hubo alcohol involucrado en ninguna etapa de mi vida con mis padres. Por tanto, para mì, eso era algo inexistente, si acaso en las novelas ò en las pelìculas que veìan las criadas, de aquellos charros que asì lloraban su dolor por la pèrdida amorosa, los humos embriagantes del alcohol, me parecìan actuaciones exageradas y hasta còmicas, pero igual, inexistentes.
Fuè yà bastante tarde cuando descubrì que el alcohol y sus efectos, no sòlo eran reales, sino que habìan llegado a invadir mi privacidad, tan cobardemente agazapados por etiquetas de "fiesta", y me tocò ver cuàn terrible y dañino suele ser un dìa cualquiera, cuando el Poderoso Caballero, "Don Alcohol", entra por nuestra puerta, como huèsped incòmodo, y que una vez que llega, la lucha para erradicarlo, y vencerlo, es a muerte!
La muerte puede ser social, econòmica, laboral, de salud fìsica y mental, pero la peor de todas, es la muerte afectiva...
Se entromete, sigiloso como fantasma, se torna poderoso cual Demonio del Averno!
Es entonces cuando la felicidad, sale presurosa del hogar!
Para cada persona, puede tener un diferente significado, ser feliz!
La felicidad para algunos hombres es acumular riqueza, obtener un buen empleo, que sus deseos se cumplan, ò ganarse un nombre y fama.
Para ciertas mujeres, serìa el ser bella a toda costa, encontrar entonces quien las compre en propiedad y cual vil trofeo, las saque a relucir socialmente, llenàndolas de lujos externos.
La autoestima en estas personas tiene su diferencia: para esos hombres, el atractivo físico pierde gradualmente su valor al comienzo de la edad adulta, cediéndole el primer lugar al poder.
Para esas mujeres, la belleza retiene su posición de número uno durante toda la vida, incluso en la edad madura, y más allá de ella, rayàndo en el ridìculo!
Socialmente, asì somos calificados!
Y lo màs curioso, es que el mundo actual, se ha encargado de relacionar todo esto con el consumo de alcohol. Los abstemios estamos de sobra y les agüamos la fiesta.
Tomar es sinònimo de estatus social, y no creo que puedan concebir ningùn tipo de celebraciòn sin embriagarse; ese el el fin, no importan las consecuencias, y asì es como de a poco, se han ido perdiendo los valores, el pudor, la clase y el estilo.
No he visto a nadie que estando borracho, sea digno de respeto. Entran en un estado deplorable y repulsivo. Y, lo peor, abren la puerta al lado oscuro que todos llevamos dentro...
Hay quienes pretextan que toman para olvidar...otros yà olvidaron por què lo hacen... Y al despertar, la cruda realidad es aùn peor de como la dejaron en la farra anterior!
¿Hasta cuàndo dejarà de ser un deporte extremo para la sociedad, intoxicarse al grado de permitir que toda clase de bajezas ocurran?
Se insultan, se agreden, se destruyen, pero lo peor, es que en su cauda arrasan con quienes menos la deben, los niños!
Y todo por buscar la falsa felicidad! La del momento efìmero de gracia y diversiòn malsana!
El gozo que uno obtiene de los placeres externos es temporal.
"Felicidad" es un estado mental. Uno deberìa estar feliz cuando nuestros parientes ò amigos alcanzan un èxito. Pero actualmente, una persona pudiera no sentirse feliz cuando alguien más lo es...
"La gente grande, es aquella que es feliz cuando los demás lo son!"
Hoy, vemos mucho de lo contrario: una búsqueda incesante de la felicidad propia, aún a costa de la infelicidad y tragedia de los que nos rodean. La gratificaciòn instantànea a cualquier precio! La comodidad y falta de compromiso como estilo de vida!
Así vemos còmo los que tienen, abusan de los que no tienen, los que saben de los que no saben, y los que contactan gente importante de los que no lo consiguen...
Y,obviamente, escudados en "Don Alcohol"!
Sin embargo, sólo aquellos que están contentos con su vida y se sienten felices cuando otros lo son tambièn, realmente han comprendido en qué consiste la verdadera felicidad, pero,
por desgracia, son los menos...
Hagamos un alto y decidamos cambiar!
Si queremos ser genuinamente felices, necesitamos ayudar a los demás a serlo también!
Pero mientras el enemigo a vencer sea la adicciòn por beber, la pelea no serà justa ni fàcil; mucho menos cuando al hacerlo, aberrantemente, alzen la copa y digan: "Salud!"

Samantha

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